RICHARD OSMAN
En un pacífico complejo privado para jubilados, cuatro improbablesamigos se reúnen una vez a la semana para revisar antiguos casos deasesinatos locales que quedaron sin resolver. Ellos son Ron, unexactivista socialista lleno de tatuajes y revolución; la dulce Joyce, una viuda que no es tan ingenua como aparenta; Ibrahim, un antiguopsiquiatra con una increíble capacidad de análisis, y la tremenda yenigmática Elizabeth, que, a sus 81 años, lidera el grupo deinvestigadores aficionados? o no tanto.
Cuando unpromotor inmobiliario de la zona es hallado muerto con una misteriosafotografía junto al cuerpo, El Club del Crimen de los Jueves seencuentra en medio de su primer caso real. Aunque sean octogenarios,los cuatro amigos guardan algunos trucos en la manga.
¿Podrá este grupo poco ortodoxo pero brillante atrapar alasesino?
El Club del Crimen de los Jueves, de Richard Osman, se ha convertido en un auténtico fenómeno de la novela negra contemporánea. La premisa es tan original como atractiva: un grupo de jubilados que vive en una tranquila residencia decide reunirse semanalmente para revisar casos policiales sin resolver. Lo que comienza como un pasatiempo se convierte en una investigación real cuando un asesinato sacude la comunidad.
La gran fortaleza de la novela está en sus personajes. Los miembros del club —cuatro ancianos tan astutos como entrañables— derrochan ingenio, ironía y humanidad. Osman combina con maestría el humor británico con la intriga detectivesca, logrando que el lector se encariñe con ellos al mismo tiempo que trata de resolver el misterio.
El estilo narrativo es ágil y fresco, con capítulos breves y un tono ligero que no resta seriedad al crimen en sí. El autor sabe equilibrar la tensión propia del género con la calidez de las relaciones humanas, lo que convierte la novela en un relato entretenido, ingenioso y sorprendentemente emotivo.
Otro punto a destacar es el escenario: la residencia de ancianos, un lugar que normalmente asociamos al retiro y la calma, se convierte aquí en el epicentro de la intriga. Esa elección de contexto le da a la historia un aire diferente dentro del género, renovando las convenciones de la novela de detectives clásica.
En definitiva, El Club del Crimen de los Jueves es una lectura adictiva y reconfortante a la vez. Perfecta para quienes disfrutan de las tramas de misterio clásicas, pero buscan un tono más ligero, lleno de ironía y con un grupo de protagonistas absolutamente inolvidables.
El Club del Crimen de los Jueves, de Richard Osman, se ha convertido en un auténtico fenómeno de la novela negra contemporánea. La premisa es tan original como atractiva: un grupo de jubilados que vive en una tranquila residencia decide reunirse semanalmente para revisar casos policiales sin resolver. Lo que comienza como un pasatiempo se convierte en una investigación real cuando un asesinato sacude la comunidad.
La gran fortaleza de la novela está en sus personajes. Los miembros del club —cuatro ancianos tan astutos como entrañables— derrochan ingenio, ironía y humanidad. Osman combina con maestría el humor británico con la intriga detectivesca, logrando que el lector se encariñe con ellos al mismo tiempo que trata de resolver el misterio.
El estilo narrativo es ágil y fresco, con capítulos breves y un tono ligero que no resta seriedad al crimen en sí. El autor sabe equilibrar la tensión propia del género con la calidez de las relaciones humanas, lo que convierte la novela en un relato entretenido, ingenioso y sorprendentemente emotivo.
Otro punto a destacar es el escenario: la residencia de ancianos, un lugar que normalmente asociamos al retiro y la calma, se convierte aquí en el epicentro de la intriga. Esa elección de contexto le da a la historia un aire diferente dentro del género, renovando las convenciones de la novela de detectives clásica.
En definitiva, El Club del Crimen de los Jueves es una lectura adictiva y reconfortante a la vez. Perfecta para quienes disfrutan de las tramas de misterio clásicas, pero buscan un tono más ligero, lleno de ironía y con un grupo de protagonistas absolutamente inolvidables.