HARA, TAMIKI
Tamiki Hara narra con un lenguaje durísimo, contundente, pero lleno de una hermosura casi poética, la destrucción y el horror de la tragedia nuclear en Hiroshima.
Tamiki Hara se hallaba en Hiroshima el día 6 de agosto de 1945 a las ocho y quince minutos, momento en que estalló la bomba que impondría una nueva manera de contemplar el mundo. Como él mismo describe en su impactante Flores de verano (obra ganadora del Premio Takitaro Minakami), en ese instante el autor se hallaba en una casa construida por su padre, lo suficientemente lejos del lugar de la explosión, gracias a lo cual pudo sobrevivir. Valiéndose de tres momentos narrativos diferentes, Hara narra el antes, el durante y el después de la tragedia. Con un lenguaje exento de florituras, durísimo, preciso y contundente, pero lleno de una hermosura casi poética, el autor narra cómo afloran a su alrededor la confusión, la destrucción, el horror, y lo mejor y lo peor de la condición humana.
Esta obra, de una crudeza inusual, sufrió durante años la censura que prohibía a los japoneses publicar ningún tipo de escrito sobre la guerra. Con motivo del 80 aniversario del bombardeo de Hiroshima, Flores de verano vuelve en una nueva edición.
Flores de verano. Los días de Hiroshima, de Tamiki Hara, es un libro que nace del recuerdo y la herida, escrito por alguien que vivió en primera persona la tragedia de la bomba atómica. No se trata de una novela al uso, sino de un relato profundamente humano que entrelaza la vida cotidiana, los paisajes y la memoria de una ciudad que cambió para siempre en un instante.
Hara nos muestra la fragilidad de lo cotidiano a través de escenas sencillas: una tarde de verano, el olor de las flores, el bullicio previo a la catástrofe. Esa delicadeza contrasta con la devastación que llega después, y que el autor describe con un lirismo conmovedor. Su escritura, cargada de sensibilidad, convierte lo indecible en palabra y nos permite acercarnos al dolor sin dejar de lado la belleza.
Uno de los puntos fuertes del libro es la voz del propio autor, que transmite autenticidad. No hay artificios ni dramatismos innecesarios, solo la mirada limpia y dolida de quien fue testigo. El silencio, las ausencias y la memoria son tan protagonistas como las personas que aparecen en sus páginas.
La atmósfera que Tamiki Hara logra crear es única: en ella conviven la inocencia de los recuerdos y la crudeza de la historia. Su lectura no solo nos habla de Hiroshima, sino también de la capacidad humana para recordar, narrar y resistir.
En definitiva, Flores de verano. Los días de Hiroshima no es un libro fácil, pero sí necesario. Leerlo es detenerse, reflexionar y rendir homenaje a todas las voces que se apagaron aquel día. Un testimonio poético que convierte la tragedia en memoria y la memoria en un acto de resistencia.
Flores de verano. Los días de Hiroshima, de Tamiki Hara, es un libro que nace del recuerdo y la herida, escrito por alguien que vivió en primera persona la tragedia de la bomba atómica. No se trata de una novela al uso, sino de un relato profundamente humano que entrelaza la vida cotidiana, los paisajes y la memoria de una ciudad que cambió para siempre en un instante.
Hara nos muestra la fragilidad de lo cotidiano a través de escenas sencillas: una tarde de verano, el olor de las flores, el bullicio previo a la catástrofe. Esa delicadeza contrasta con la devastación que llega después, y que el autor describe con un lirismo conmovedor. Su escritura, cargada de sensibilidad, convierte lo indecible en palabra y nos permite acercarnos al dolor sin dejar de lado la belleza.
Uno de los puntos fuertes del libro es la voz del propio autor, que transmite autenticidad. No hay artificios ni dramatismos innecesarios, solo la mirada limpia y dolida de quien fue testigo. El silencio, las ausencias y la memoria son tan protagonistas como las personas que aparecen en sus páginas.
La atmósfera que Tamiki Hara logra crear es única: en ella conviven la inocencia de los recuerdos y la crudeza de la historia. Su lectura no solo nos habla de Hiroshima, sino también de la capacidad humana para recordar, narrar y resistir.
En definitiva, Flores de verano. Los días de Hiroshima no es un libro fácil, pero sí necesario. Leerlo es detenerse, reflexionar y rendir homenaje a todas las voces que se apagaron aquel día. Un testimonio poético que convierte la tragedia en memoria y la memoria en un acto de resistencia.