LABARI, NURIA
Los protagonistas de este libro sienten que han perdido la libertad para ordenar su propia historia dentro de otra historia que es mucho más grande que ellos mismos. La madre celosa del tiempo que su empleada de hogar pasa con sus hijos, el adolescente vigoréxico obsesionado con construir un cuerpo que lo convierta en mejor persona, el anciano judío homosexual que llora abrazado a los jerséis de su amante cuando se le rompe la lavadora… y la vida. Una colección de personajes que luchan por encajar en el relato de sus propias vidas, héroes y fracasados al mismo tiempo. Labari indaga en estos cuentos en el deseo, la diferencia de clase social o el racismo, y en las carencias de todo tipo que nos impiden descifrar nuestra identidad sin atender a dogmas o a recetas. Al contrario, enfrenta el peligroso deseo de reunir lo que es distinto a través del lenguaje y se lanza a escribir desde fronteras, palabras e idiomas nuevos.
Nada en este libro se acomoda fácilmente. Nuria Labari nos entrega una colección de relatos que desafían el orden, no solo de las historias que contienen, sino de la propia realidad de sus personajes. Aquí nadie tiene control total sobre su destino: una madre envidia a la niñera de sus hijos, un joven cree que la musculatura le dará una nueva identidad, un anciano judío homosexual se aferra a los jerséis de su amante mientras todo a su alrededor se desmorona. Son vidas que se rompen y recomponen, que buscan encajar sin lograrlo del todo.
Labari disecciona con crudeza y precisión temas como la diferencia de clases, el deseo, la identidad o el racismo, sin concesiones y sin recetas fáciles. Sus cuentos son fragmentos de una sociedad desordenada donde los dogmas no alcanzan y las certezas se tambalean. Lo que queda es el lenguaje, ese intento desesperado de reunir lo disperso, de nombrar lo que se escapa entre las manos.
No se van a ordenar solas las cosas no busca ofrecer respuestas, sino abrir grietas. Sus historias nos recuerdan que, en la lucha por definir quiénes somos, siempre habrá caos, incertidumbre y belleza. Un libro para leer con atención, dejando que sus personajes –héroes y fracasados a la vez– nos reflejen en sus contradicciones.
Nada en este libro se acomoda fácilmente. Nuria Labari nos entrega una colección de relatos que desafían el orden, no solo de las historias que contienen, sino de la propia realidad de sus personajes. Aquí nadie tiene control total sobre su destino: una madre envidia a la niñera de sus hijos, un joven cree que la musculatura le dará una nueva identidad, un anciano judío homosexual se aferra a los jerséis de su amante mientras todo a su alrededor se desmorona. Son vidas que se rompen y recomponen, que buscan encajar sin lograrlo del todo.
Labari disecciona con crudeza y precisión temas como la diferencia de clases, el deseo, la identidad o el racismo, sin concesiones y sin recetas fáciles. Sus cuentos son fragmentos de una sociedad desordenada donde los dogmas no alcanzan y las certezas se tambalean. Lo que queda es el lenguaje, ese intento desesperado de reunir lo disperso, de nombrar lo que se escapa entre las manos.
No se van a ordenar solas las cosas no busca ofrecer respuestas, sino abrir grietas. Sus historias nos recuerdan que, en la lucha por definir quiénes somos, siempre habrá caos, incertidumbre y belleza. Un libro para leer con atención, dejando que sus personajes –héroes y fracasados a la vez– nos reflejen en sus contradicciones.